viernes, 1 de abril de 2011

Nada que contar pero mucho que decir, o viceversa.

Os voy a contar las menudencias de un día como otro cualquiera, un día como hoy.

Hoy tenía que llevar el coche al taller, porque el páter me lo pidió. Yo en mi vida he llevado un coche al taller, he huido siempre de esos temas. Por eso tenía novio, y diría más: por eso mi madre tenía una hija con novio, y mi hermana una hermana con novio. En cuanto lo dejamos me dije: Ana, antes de que le toque al coche ninguna revisión, huye del país. Y así lo hice.

Pero el Páter me lo pidió y yo... no me sé negar ante los encantos de un pelirrojo, como bien dice el romancero español:

Si un moreno te da un beso,
y un pelirrojo te da dos,
llévale el coche al taller,
que es tu jefe y él te paga.

Desgraciadamente, se ha perdido la rima al tratarse éste de un poema de transimisión oral (sí, como tus herpes).

Bueno, que le dije que sí, y ahí que me fui al taller haciéndome la maja, o sea, no hablando o comunicándome por gestos. Luego me da rabia, podría haber hecho una frase con coherencia y cohesión, pero llega el momento y casi ni lo intento, pongo cara de apuro y... hago el gilipollas, el gilipollas más absoluto (es pillarse los cojones con la tapa del... Jo, qué poética estoy hoy, ¿no?).

Si me vierais os descojonoríais, es lo único que me consuela.

El páter me dijo que serían 2 horas, pero en realidad fueron 5, y me fui a la gran librería que hay, y descubrí la sección de humor, así que por mí no pasaron las horas apenas esta mañana. Me he reído con muchos libros que he cogido de tiras cómicas, pero en especial con uno: http://www.rupertfawcettcartoons.com/ Está en inglés, echadle un vistazo a los cartoons, es buenísimo. Estaba decidida a comprarme dos, pero luego me senté y me leí los tres, y dije, pos los dejo. Seguro que me arrepiento y vuelvo a por ellos. Esta vez sí saque fotos.


Y me tiré un buen rato en ese sofá del fondo.

Bueno, yo pensaba que esto sería lo más excitante del día, pero pasó algo después que ninguno de nosotros podría pronosticar. La máter llegó y me dijo que estaba mu enferma, que si podía hacer unas tortillas. Hizo un comentario como ¿sabes hacerlas, no? Y yo, je je, claro. ¡En mi vida he hecho una tortilla y si la he hecho no me acuerdo! Y yo no quería romper mi inmaculada trayectoria, pero...

Bueno, antes que reconocerlo me puse a hacerlo, una tortilla francesa con queso. Recordé ante todo el consejo de mi madre: 'Los huevos no se baten con cuchara, se hace con tenedor, cosa inútil'. Por cierto, lo que les gusta a esta familia el riesgo: Los huevos caducaban hoy.  Bueno, y la verdad, que el resultado no quedó tan mal. Peor hubiera sido un huevo frito. Los niños se lo comieron toíto, y yo feliz.

La máter me contó que tenía una amiga o lo que fuera, que era alemana pero que había vivido muchos años en España y hablaba perfectamente español, y que cuando los niños no paraban quietos les decía: Stop making the silly. Yo por supuesto no le veía lo gracioso, pero ella se partía. Shit yourself, little parrot.

Dispuesta como estaba a hacer cosas nuevas he entrado en dos supermercados que nunca había entrado y en la oficina de turismo y he cogido publicidades y demás panfletos a montones, ¡dame publicidad! Je je. ¡Soy una alocada jovencita! También vi un bar que ponía en castellano 'Vinos y Tapas' pero alguien me miraba fijamente desde la ventana... ¡Demasiadas emociones para un día!

Ta-ta for now!